Algunas de las calas más bonitas y famosas de España
España es un país rodeado de mar. Sus 8.000 kilómetros de costa son sinónimo de diversidad y de enormes playas, pero también de recoletas y preciosas calas. Este reportaje refleja solo 10 ejemplos de la variedad y atractivo de las calas españolas.
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País Vasco / Euskadi: Cala de los Frailes (Hondarribia)
Comenzamos por el mar Cantábrico, en el norte, y al lado del faro de Higer, el más oriental de la costa cantábrica española. Entre el faro y el puerto pesquero de Hondarribia, villa guipuzcoana de larga tradición marinera y con un precioso casco histórico amurallado, se asienta esta pequeña cala de piedra y arena oscura. Está relativamente aislada, pese a la cercanía del pueblo, y es ideal para practicar el naturismo o el submarinismo.
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Cantabria: Cala de la Arnía (Piélagos)
Entre las calas preciosas que acoge la costa cantábrica se encuentra la de La Arnía, a poco más de 10 kilómetros de Santander. Ubicada en pleno Geoparque de Costa Quebrada cuenta con un fácil acceso, si bien el último tramo de bajada hay que hacerlo a pie. Entre sus principales reclamos destaca su arenal dorado, desde el que, podrás observar las formaciones rocosas de su entorno, con la singular muralla natural y los llamativos islotes Urros de Liencres.
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Asturias: Cala de Gulpiyuri (Llanes)
La palabra cala evoca directamente al mar. Pero lo más increíble de la asturiana de Gulpiyuri, en el municipio de Llanes, es que el Cantábrico no se ve desde ella. Se llega por un camino agrícola entre prados y, a primera vista, parece casi un lago de montaña. El secreto de esta insólita cala interior es que en la pleamar el agua llega hasta aquí por grietas subterráneas.
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Galicia: O Castrillón (Laxe, A Coruña)
En la costa de Galicia, donde el mar Cantábrico se junta con el océano Atlántico, tampoco faltan las playas pequeñas y recogidas, como la cala O Castrillón. Se halla situada en la famosa Costa da Morte, uno de los puntos turísticos más emblemáticos de la región. Muy cerca está la pequeña cala de los Cristales o A Furna da Espuma, un entrante de mar que se llena cuando hay tempestad.
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Andalucía: Cala de Enmedio (Agua Amarga, Almería)
Andalucía es la segunda zona española con más kilómetros de costa. En pleno Mediterráneo, y situada en el entorno del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, declarado Reserva de la Biosfera, la cala de Enmedio cuenta con 150 metros de arena blanca y unas preciosas vistas al pueblo de Agua Amarga. Para acceder a ella tendrás que realizar una caminata de unos 20 minutos o llegar en barco.
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Murcia: Cala del Barco (Atamaría, Cartagena)
De entre las playas y calas que puedes elegir en la costa mediterránea de Murcia, te presentamos una coqueta y de arena oscura: la cala del Barco, que forma parte de la ruta senderista GR-92 (Sendero del Mediterráneo). Para llegar a ella hay que bajar una montaña, aunque el camino es transitable en coche. Allí encontrarás servicios como alquiler de hamacas y sombrillas, duchas y hasta restaurante.
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Comunidad Valenciana: Granadella (Jávea, Alicante)
Si te acercas a la cala de Granadella, en la ciudad alicantina de Jávea, te encontrarás con un entorno escarpado, compuesto de una pequeña bahía con playa de cantos rodados. Se pueden alquilar allí sombrillas y hamacas y sus aguas de color azul cielo hacen del snorkel casi una obligación. Esta cala es sin duda una de las estrellas de la costa de la Comunidad Valenciana. Se puede llegar por carretera, pero es recomendable madrugar en temporada alta porque las plazas de aparcamiento se llenan rápido.
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Islas Baleares: Caló d’es Moro (Santanyí, Mallorca)
Las Islas Baleares bien podrían denominarse ‘las Islas de las calas’, porque algunas de las más increíbles del Mediterráneo occidental se ubican en ellas. Un buen ejemplo es Caló d’es Moro. Se trata de un rectángulo natural casi perfecto, abierto por uno de sus lados al mar. Sus colores: rojizo y gris en las rocas, verde brillante en los árboles, turquesa en el agua, dorado en la arena. Se aparca a un kilómetro, pero madrugar es muy recomendable: son muchos los viajeros que quieren conocerla.
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Cataluña: Cala Pola (Tossa del Mar, Girona)
En el noreste de España, y bañada por el Mediterráneo, se encuentra la Costa Brava, inspiradora de Dalí y repleta también de calas. Una de las más destacadas es la cala Pola, un pequeño arenal donde llaman la atención los numerosos pinos que se encuentran en la zona. De entorno semiurbano, se ubica junto a un camping.
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Islas Canarias: Cala Charco Verde (Puerto Naos, La Palma)
En pleno océano Atlántico emergen las Islas Canarias, un territorio marcado por su origen volcánico. Sus grandes playas son inolvidables, pero también las hay recogidas y con un gran encanto. Es el caso de la cala Charco Verde, en el suroeste de La Palma, rodeada por acantilados y plataneras, pero de fácil acceso. Sus tranquilas aguas y los servicios disponibles, como duchas o un chiringuito, la hacen perfecta para pasar un día en familia.