Hace más de 135 años de la colocación de la primera piedra del edificio y todavía, hoy en día, sigue en construcción. El primer planteamiento de este edificio se realizó en 1882, por Francisco de Paula de Villar, un proyecto con unos diseños que no tenían nada que ver con el resultado final de la basílica. Paula de Villar, trazó una basílica repleta de elementos propios del neogótico, pero finalmente, un año más tarde, por diversos contratiempos y faltas de entendimiento se destituyó a este arquitecto para darle el proyecto a Antoni Gaudí, un prometedor arquitecto que le dio un giro a la construcción.
Seguro que has oído hablar de ella, una de las obras arquitectónicas más famosas del gran arquitecto Antoni Gaudí, el máximo exponente del modernismo catalán, uno de los elementos imprescindibles del skyline de Barcelona y uno de los monumentos más visitados de toda España. Una obra que sorprende por su arquitectura, sus formas y su relevancia, declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO en el 2005. Si quieres saber más sobre el pasado, presente y futuro de esta increíble basílica, solo debes seguir leyendo.
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A partir de ese momento, fue cuando Gaudí comenzó a imprimir su marcado estilo personal a un edificio en el que trabajó la mayor parte de su vida, 40 años, de los cuales 15 fueron de dedicación exclusiva. Aunque el autor de esta obra maestra de la arquitectura solo vio terminadas algunas partes de la basílica, de hecho, muy pocas, tan solo la cripta, el ábside y una parte de la fachada del nacimiento. La visión de este genial arquitecto está basada en dos líneas principales, la primera es el discurso cristiano y la segunda es la observación de la naturaleza. Para Gaudí, la naturaleza estaba claramente relacionada con la religión, pues era obra de Dios. Es por ello por lo que muchos de los espacios tienen formas orgánicas o están inspirados en elementos naturales, como la nave central y sus columnas, que representan un frondoso bosque repleto de árboles.
La luz es también un elemento fundamental en la basílica, pues no sirve solo para iluminar, también para crear espacios llenos de significado en los que disfrutar de la genialidad del arquitecto. Uno de los mejores ejemplos es la iluminación de sus distintas puertas. En la puerta de la Natividad, el sol llega al amanecer, simbolizando el nacimiento, mientras que en la puerta de la Pasión es donde cae el sol, simbolizando la muerte. Por último, la fachada de la Gloria recibe la luz solar durante todo el día, iluminando completamente la nave y simbolizando la resurrección. Actualmente, el final de la construcción de la Basílica de la Sagrada Familia está planificado para el 2026, pero ya puedes visitar una gran parte de este templo y descubrir sus secretos. ¿A qué esperas?