La primera visita se encuentra en pleno barrio Gótico, en el patio de la calle Paradís. Son los restos del Templo Augusto (del que puedes aprender más en el Museo de Historia de Barcelona), cuatro columnas que parecen fuera de lugar y que sirven de punto de partida para la siguiente parada: el Parthenon Masriera (calle Bailén 70). Está inspirado en el anterior y su fachada recuerda a un templo de origen griego, pero se levantó a finales del siglo XIX. Ha sido taller artístico, teatro y residencia religiosa. Hoy es uno de los secretos de la ciudad y un enigma para muchos turistas (sólo puede verse el exterior). El siguiente descubrimiento conserva el encanto marinero de las casas bajas de pescadores próximas al mar. Es la Plaza Prim, en el Poblenou, un rincón lleno de tranquilidad y en una zona frecuentada cuando se quiere comer pescado.
Lugares menos populares de la ciudad que merecen una visita
Rincones marineros, calles románticas, refugios de guerra, miradores panorámicos o hasta recorridos por el subsuelo… Barcelona guarda agradables sorpresas incluso cuando piensas que ya la conoces.
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Barcelona al completo
Esta propuesta te va a encantar porque descubre la ciudad desde un mirador con visión de 360 grados y además no demasiado conocido. Es el mirador de Turó de la Rovira, un balcón natural a la ciudad cuyo emplazamiento lo convirtió en uno de los centros defensivos de Barcelona durante la Guerra Civil. Eso y mucho más puedes verlo en su espacio expositivo. Continuamos con lugares relacionados con la Guerra Civil para descubrir rincones de Barcelona que ni imaginas. Por ejemplo, se pueden visitar algunos refugios antiaéreos como el de la Plaza del Diamante o el Refugio 307 (carrer Nou de la Rambla, 175). Estos túneles son un testimonio duro pero revelador de la historia de Barcelona. En la ciudad hay otros ejemplos de este recuerdo que pasan desapercibidos. Fíjate en la fachada de la Iglesia de San Felipe Neri cuando la visites. Pese a que fue restaurada, se conservaron sus fuertes marcas de metralla como recuerdo de la guerra. Barcelona se puede visitar mucho más en profundidad… desde su alcantarillado. La experiencia es original y descubre un sector de las cloacas con una visita guiada que organiza el ayuntamiento. Eso sí, sólo están disponibles en catalán (si es en grupo pueden ser en español y podéis llevar un traductor propio).
¿Momentos románticos?
En Barcelona, muchos. Lo descubrirás si vas en pareja, ya sea por sus paseos, por sus atardeceres o por sus monumentos, la ciudad está repleta de excusas para buscar un beso. Aun así, te descubrimos otras excusas más desconocidas. ¿Sabes que existe una calle de los besos (Carrer dels Petons)? Es un callejón típico del antiguo Barcelona pero que se ha convertido en icono del beso, sobre todo el día de los enamorados (14 de febrero). Está próximo al Parc de la Ciutadella, también perfecto para una tarde romántica. Y si te gusta perderte en las ciudades… tenemos un juego. Visita el Jardín del Laberinto de Horta y piérdete en su laberinto de cipreses. El parque cuenta con numerosas esculturas de figuras mitológicas y la del centro del laberinto es otra excusa para buscar un beso: está el dios griego del amor, Eros.
Otra mirada cultural
Tanta cultura se respira en Barcelona que mucha se escapa de los museos y monumentos más populares. Lo puedes comprobar si paseas por el Raval, por el barrio Gótico y por el Born. En estas zonas abundan las muestras de arte urbano. Una de las más conocidas es el mural “Todos juntos podemos parar el sida” de la fachada del MACBA y obra de Keith Haring. Para ver muchos de los grafitis, te recomendamos las visitas guiadas de Turismo de Barcelona. Además, ofrecen la posibilidad de hacerla en una bicicleta hecha de bambú. En esta ruta de lugares menos conocidos también hay modernismo… y además, Patrimonio Mundial. Se trata del Recinto Modernista de Sant Pau, la obra más importante del arquitecto catalán Lluís Domènech i Montaner, que para muchos pasa inadvertido frente a los imprescindibles Park Güell o la Casa Batlló y La Pedrera. Por último, dos agradables sorpresas. La primera es la Biblioteca de Catalunya, en el edificio histórico del antiguo Hospital de la Santa Creu. Su sala de lectura y su patio están llenos de encanto. Si coincides en febrero en la ciudad, aprovecha la celebración del Festival Llum Bcn para descubrir la iluminación del jardín. La segunda sorpresa es una curiosidad que seguro que no esperas: Barcelona también tiene una estatua de la libertad. Puedes verla en la Biblioteca Arús y es una réplica realizada por el escultor modernista Manel Fuxà.